Qué hacer con la basura es un problema a nivel global. Afecta a países desarrollados y a los que están en vías de desarrollo. De acuerdo con estimaciones realizadas por las Naciones Unidas, hacia el año 2025 los países más avanzados multiplicarán por cinco la cantidad de basura generada mientras que en el mundo en vías de desarrollo se espera que en las próximas décadas se triplique la cantidad actual de población, lo que generaría mayores inconvenientes aun con la producción de desechos. La ciudad de Las Varillas también padece la problemática de la disposición final de los residuos. Todo lo que los varillenses tiramos al cesto va a parar a dos basurales a cielo abierto que, para colmo, están a no muchas cuadras de zonas habitadas. Como se ve en las fotografías aéreas del Google Earth, el basural ubicado al norte de la ciudad está a sólo 25 cuadras del Centro Cívico mientras que, al que se encuentra hacia el sur, sólo lo separan 20 cuadras del centro geográfico de nuestra localidad. El hecho de que estos depósitos de residuos estén a escasos metros de los lugares habitados es un verdadero problema porque son focos de peligrosas enfermedades. Según informa Greenpeace en su página web, “existen varios estudios en el mundo que dan cuenta del impacto que pueden tener los rellenos sanitarios en la salud de la población cercana”. La organización ecologista detalla que una vez que determinados productos llegan a los basurales, liberan una serie de elementos muy tóxicos. Las pilas, los limpiadores, los desengrasantes y las pinturas, que están presentes en prácticamente todos los hogares, tienen compuestos tales como el benceno, el tolueno, y metales pesados como el plomo, el cadmio y el mercurio. Una vez que los residuos se descomponen en los basurales, emiten miles de sustancias químicas que provocan contaminación ambiental en el aire, la tierra y el agua y efectos perjudiciales para la salud pública, por la contaminación y la posible transmisión de enfer-medades infecciosas vehiculizadas por los roedores que los habitan. Greenpeace asegura que la contaminación al aire se produce por la emisión de gases como el metano, el dióxido de carbono y otros compuestos orgánicos, muchos de los cuales son tóxicos y hasta cancerígenos. Además, los dos primeros son gases de efecto invernadero y generan, al producirse incendios accidentales, la liberación de sustancias altamente tóxicas como las dioxinas. Pero los basurales que no tratan los residuos también pueden provocar que se contaminen los cursos de agua con elementos que causan enfermedades en los huesos, la sangre, el hígado y daños neuronales además de cáncer y leucemias.
En Las Varillas, según los últimos datos, cada habitante de la ciudad produce unos 250 gramos por día de basura, lo que equivale a casi 4 mil kilos de residuos que diariamente ingresan a los basurales. Aunque el año pasado el Gobierno de la Provincia realizó una compactación de los desechos en los vertederos de nuestra ciudad, como la generación es importante, sigue llegando mucho material a los mismos. No obstante, en uno de estos depósitos, se construyó una casa para que un sereno constate y chequee en una planilla qué materiales y qué personas ingresan, con lo que –según aseguraron desde la Municipalidad- se logró disminuir parcialmente la cantidad de incendios. Por otra parte si bien hubo gestiones ante la Comunidad Regional San Justo para la instrumentación de un vertedero regional con mejores condiciones de almacenamiento, aun no hay demasiados avances concretos en la materia.
Un aporte que puede llegar a ser importante
De los casi 4 mil kilos por día que los varillenses generamos de basura, cerca de un 5 % es desviado a la Planta de Acopio de Residuos Secos, que fue implementada hace ya un año y medio, en noviembre de 2008. Al respecto, una de sus impulsoras, la concejal Adriana Carranza, dijo que a ese lugar llegan cada martes y jueves decenas de kilos de palos de escobas, cartón, papel, envases del tipo tetra brick, metales como aluminio y hojalata, y plásticos. Según la edil, cinco personas se encargan de clasificar por tipología cada material para luego comercializarlos. “Los martes y jueves se debe sacar para su recolección la fracción seca, pero se debe acopiar en cada vivienda durante el resto de los días” apuntó Carranza, quien agregó que los materiales deben llegar limpios, porque si no los compradores pueden rechazarlos.
Los beneficios que esta recolección diferenciada de residuos genera son múltiples. Por un lado, permite achicar la cantidad de residuos que llega a los basurales en un 5 %, lo que trasladado a kilogramos es muy importante. Pero además, y fundamentalmente, desde el punto de vista ambiental, permite que estos elementos sean vendidos luego como materia prima, lo que ayuda a conservar los recursos naturales con los que se elabora el plástico (se emplea el petróleo), el cartón o papel (producidos a base de celulosa) o el vidrio (generado por medio de la arena). Finalmente, también hay un beneficio económico porque esa fracción es comercializada, lo que implica ingresos para el municipio.
Hasta febrero de este año, se habían vendido a los mayoristas 25 mil kilos de cartón, 180 de telgopor, 7.600 de diarios y revistas, 18 mil de vidrio y 3.800 de plásticos, por un valor superior a los 14 mil pesos. No obstante, el sistema no es autosustentable, ya que la comuna debe efectuar aportes para que se puedan cubrir todos los gastos que demanda su funcionamiento. “Sin embargo, el sistema se debe poder sustentar por sí mismo y además, debe ser autosuficiente, no debe depender de nadie, e incluso debe dar ganancias” opinó Carranza.
En cuanto a la otra parte de los residuos, la fracción húmeda, constituida por los elementos fácilmente descomponibles, es probable que en los próximos días se inicie su tratamiento a través de métodos como la lombricultura o la producción de abonos, entre otros.-