El biólogo Raúl Montenegro es desde hace años Presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) con sede en Córdoba y, desde ese lugar, es conocido a nivel nacional e internacional por su compromiso con la protección ambiental. Incluso fue reconocido con el llamado “Premio Nobel Alternativo” en 2004 en Estocolmo, Suecia por “por su continuado y extenso trabajo con las comunidades locales y los pueblos indígenas en defensa del ambiente, en América Latina y otros lugares del mundo”. Hace unos días dialogó con Radio Regional e hizo hincapié en un concepto no suficientemente atendido cuando se habla de problemas relacionados a la ecología: la resistencia ambiental. Según expresó, la resistencia ambiental, que es la capacidad para soportar los fenómenos climáticos, como una lluvia intensa o una sequía prolongada, está “en rojo absoluto” en la Provincia de Córdoba. Esto se agrava aun mas –sostuvo- si se tiene en cuenta que la sequía de 2009 no fue la peor que hemos sufrido. “Si como consecuencia del cambio climático tendremos fenómenos cada vez mas fuertes y no podemos resistir algo que ya nos pasó otras veces, la pregunta es qué sucederá cuando ocurra algo peor”, planteó. Según sus dichos, a la Provincia sólo le queda el 5 % de los bosques nativos cerrados y no es probable que en el corto y mediano plazo se pueda revertir esta situación. A ello debe sumársele –apuntó- la falta de preocupación de los funcionarios provinciales que deben hacerse cargo de estos problemas. Sin embargo, el biólogo también consideró oportuno cuestionarnos a nosotros mismos. En ese sentido, es crítico de una sociedad que cree que “el agua viene de la canilla” y que por ello la despilfarra. “Cuando lavamos la vajilla y no dejamos abierto el grifo, eso ya es importante, lo mismo que empezar a utilizar un inodoro de doble posición” sugirió. No obstante, remarcó que en esta situación hay un juego entre un Estado que “no la tiene clara” y una sociedad consumista que cree que mientras salga agua de la canilla “está todo bien”. Por último, Montenegro recordó que él trabajó en África y que le resultó impresionante ver a una mujer tener que hacer 12 km para obtener un poco de agua. “Allí uno se da cuenta de que lo que está delante de nosotros en algunos lugares ya pasó y puede ver la irresponsabilidad con que se trabaja con el agua en Córdoba” opinó preocupado.-
